La actitud y comportamiento de la empresa en donde trabajas, te puede dar una idea muy aproximada de los problemas por los que atraviesa. Todas las empresas atraviesan problemas, indudable, pero en función de los comportamientos de la gerencia o dirección y la tipología del problema, se puede detectar cuándo se ha cruzado el punto de no retorno.
Fijándonos en la pyme, en donde los trabajadores tienen una percepción global de la empresa más completa podemos determinar ciertos aspectos muy indicativos, sobre todo relacionados con las compras y con la gestión de tesorería. Problemas con abastecimiento con proveedores habituales. Esto significa que mi empresa está comenzando a fallar en los pagos. No es indicativo en exceso pero marca problemas en la tesorería. El primer síntoma, corte de suministros como teléfonos, luz, agua...
Exceso de notificaciones de administraciones. Síntoma en la mayoría de los casos de incumplimiento de pago con las administraciones públicas. No todas, pero la inmensa mayoría significa que no se hacen las cosas bien.
Retrasos en el pago de las nóminas. Si la pyme es medio seria, siempre pagará primero a los trabajadores. Si últimamente tu empresa comienza a acumular nóminas pendientes, por ejemplo un par de meses, el problema de tesorería del punto uno es realmente grave.
Llegada de notificaciones judiciales. Otro síntoma inequívoco que las cosas no van bien. Si los acreedores se cansan de esperar y no reciben respuesta, recurren a la vía judicial para reclamar el cobro de las cantidades pendientes. Y suele ocurrir que comienzan a llegar todas de golpe.
Desidia y depresión por parte de los responsables. Las señales de abandono del barco por parte del capitán y no buscar soluciones indica que tu empresa se va a hundir en breve. Si se ha tirado la toalla por parte de los responsables, puedes tener la certeza que estarás en las listas del INEM en breve y haciendo cola en el FOGASA para cobrar las nóminas pendientes. Plantéate ir buscando otro trabajo.
Imagen | Hector Alejandro En El Blog Salmón | Cuando la pobreza entra por la puerta el amor salta por la ventana